Nota del web(on) Master: En el capítulo anterior, Monseñor Bizarro se la botaneaba mientras empezaba el concierto de Yanni, ahora prosigamos las andanzas de nuestro padrecito favorito cuando inició el evento.
La expectación crecía rápidamente. Un par de viejitas que estaban atrás de mi comentaban “Mira ya va a salir Yanni, desde aquí le estoy viendo los bigotes”, y luego la otra le contestó “¡Pero si ya no trae bigotes!" Pa’ pronto la que se equivoco dijo “Mira mejor saca las tortas porque ya tengo hambre y para no estar comiendo durante el concierto”. Pos las viejitas que desenfundan unas tortas de picadillo y comenzaron a devorarlas salvajemente, mientras que sus aromas inundaban a los vecinos que nos encontrábamos en los alrededores.
Ya habían llegado las 9 de la noche y el concierto no empezaba, mientras mis arcaicas vecinas comentaban "¡Orale que ya empiece! Si fuera misa ya nos hubiéramos ido", y la otra viejita contestó “No comadre, acuérdate que con el excelentísimo señor arzobispo o cuando vino el santo padre si nos esperamos y hasta más tiempo”, y le contestó "Bueno pero esos son casos excepcionales".
Total que a eso de las 9:13 empezó el concierto. La plaza IV centenrio se oscureció, empezaron a escucharse los sonidos de los sintetizadores y la pantalla gigante empezó a inundarse con diversas imágenes de la naturaleza y escenarios imponentes de asia y otras partes del mundo. En la oscuridad del escenario salió una silueta femenina que se aventó unas vocalizaciones que ponían la piel de gallina de la emoción; el baterista y el percusionista dieron una impresionante aporreada a los tambores. El intro desembocó en el tema Santorini, y de repente un baño de luz inundó el escenario que nos permitió ver a Yanni instalado en sus sintetizadores. La respuesta fue una ovación impresionante.
La presentación fue genial. El sonido estuvo a la altura del evento, las luces fueron espectaculares, la pantalla fue de gran apoyo tanto para las imágenes que servían de complemento en ciertas rolas, y además también permitió que los de gallola pudieran ver a los artistas en el escenario.
Por otra parte, se me hizo extraño escuchar algunos temas de Yanni pero con voz; si bien es cierto que les otorga frescura, también debe reconocerse que en otras el arreglo no les beneficia mucho. Mis ancestrales vecinas comentaban: en México (el DF) el concierto estuvo mejor porque salieron Lucero, Cristian Castro y no sé quien más. Pues yo creo que no, que bueno que quitaron a esos artistas de plástico, hubieran echado a perder todo.
Durante el concierto hubo una parte donde una vieja grito a todo pulmón: YANNI TE AMO!!!, y le respondió en español Yo también. A Nathan Pacheco otra vieja loca también le grito ¡¡Papacito me voy contigo!!
Luego el músico griego dijo en inglés que no sabía hablar español, pero que había estado practicando, y pasó a los hechos diciendo lo siguiente en español:
Dos… X.
Tres… Margaritas.
Cuatro… Que cruda.
La presentación de cada uno de los cantantes fue sensacional:
De Chloe me gustó que bailaba con mucha pasión y que además tiene valor para cantar canciones en español (aunque sea mal pronunciado). No se agüita.
De Leslie Mills, que esta bien buena y guapa, véanla.
Momentos destacables del concierto, según su fraile metálico:
El duelo entre violinistas sobre todo el armenio, jijo de toda su madre esta perrote y tiene feeling.
Chloe y Ender Thomas bailando y cantando guapachosamente.
El solo de bateria de Charlie Adams; aunque ya esta medio ruco todavía le pega fregón.
El arpista brasileño Victor Espinola ¡Qué bárbaro! Se aventó un solo lleno de pasión tocando sonidos alucinantes, y le puso una sarandeada al arpa que nomás le faltó estrellarla en el piso, como si fuera un rockero con guitarra eléctrica. Seguramente los arpistas durangueños que andan con su moda de las academias de arpa, se quedaron chivas con la maestría de este vato.
Por último, la mejor parte del concierto fue cuando Leslie Mills y otra chica se subieron al piano de Yanni para moverse sensualmente y cantar una rola. Me cae que si me pare… a verlas más de cerca.
Al término del concierto, la raza empezó a pedir el pilón gritando Otra, otra, y efectivamente el artista griego regresó para empezar a interpretar su clásico Standing in motion, pero precisamente cuando iba a entrar en la segunda parte del tema, y creyendo que me había dejado a medio orgasmo, Yanni anunció con un relámpago de fondo en la pantalla gigante: The storm, y efectivamente ¡Cuerda jijos! Los violinistas comenzaron la interpretación de Vivaldi pero a velocidades supersónicas, acompañados con una batería trepidante; el duelo entre los violinistas se convirtió en una hemorragia musical que casi me hizo desmayar de placer. N’ombre, mis respetos a la maestría de esos vatos. Pos total que salieron otras dos veces al encore, pero en su última participación repitieron dos rolas.
En fin, un concierto memorable en mi rancho, y debo de reconocer y felicitar la capacidad del gobierno del Estado de Durango para:
1.-Traer a un artista de la talla internacional de Yanni.
2.- Organizar bien el concierto, no hubo relajos que pusieran en riesgo la tranquilidad del respetable, culto y conocedor público duranguense.
Yanni (al centro) con el gober (a la derecha) y el director del ICED (izquierda).
Siempre nos estamos quejando que en Durango nunca hay eventos buenos, y cuando los traen, no falta gente que empieza: de seguro se gastaron una buena lana de nuestros impuestos para traerlo; nomas le dan pan y circo a la gente; lo trajeron nomás porque le gusta al funcionario fulanito de tal ¡¡Pamplinas, hay que reconocer cuando algo esta bien hecho, no sean jotos!!
ese monseñor!!
ResponderEliminarmire que genial, hasta lo recuerdo como si haya sido ayer... bueno aunque en realidad no ha pasado tanto tiempo, muchos de mis compañeritos de la escuela que fueron nomas a hacer bola y ni lo conocian ya se hicieron fans
muy genial
:D
sale me retiro, saludines desde mi casa