Monseñor Bizarro prevalece


En los últimos meses he tenido que afrontar serios problemas laborales, burocráticos y hasta sentimentales. No llegue al grado de andar chillando como mariquita sin calzones porque soy bien machín, pero me cae que casi casi me sentía como Job, cuando el mero mero le cargo la mano nomás pa' tantearlo.
En esos tiempos aciagos, cuando oraba para encontrar la salida a esas desgraciadas calamidades, siempre encontré la fuerza necesaria para salir avante en mi único amigo y compañero que nunca me ha abandonado y siempre me apoya en cualquier momento: el Heavy Metal. Me sumergí en las aguas espesas del doom metal. Bandas como Sunn O))) y sus rolotas de 20 a hasta 40 minutos, las repeticiones hipnóticas de Earth, así como las profanas y densas invocaciones brujeriles de Electric Wizard me ayudaron a superar mis siniestras elucubraciones mentales.
Su Eminencia, el Excelentisimo Monseñor Bizarro, ha resurgido una vez más.

Ut desint vires, tamen est laudanda voluntas.

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