Sabandijas lacustres: El Monstruo del Lago Ness - Parte I de II


Hace muchos años cuando su fraile favorito estaba obsesionado con estudiar fenómenos sobrenaturales, en Durango era muy difícil realizar investigaciones de este tipo porque los medios masivos de comunicación no abordaban estos temas, la única opción era a través de libros y algunas “serias”. Uno de los casos que más me gustaba era del Monstruo del Lago Ness, porque a pesar de que supuestamente es un animal enorme, siempre ha sido muy hábil para evadir a los camarógrafos, nunca le han tomado una imagen convincente; es más, creo que incluso debería darle cursos a los artistas para sepan cómo evadir a los paparazzis.


             Las primeras referencias escritas sobre el monstruo del lago Ness se remontan a una leyenda sobre un misionero llamado Columba, quien por el año 565 D.C. supuestamente asistió al entierro de un hombre que mientras nadaba en dicho lago, fue atacado sorpresivamente por una bestia acuática que lo mató a dentelladas. Pero como Su Excelencia Monseñor B. tiene acceso a diversos expedientes clericales secretos, me aventé un clavado a los archivos y me encontré el siguiente documento que tiene la fecha anteriormente referida; reproduzco textualmente:

En el pasado, al igual que ocurre en nuestros aciagos días, el camino de los misioneros estuvo jalonado de suplicios impuestos por Satán. Hoy el buen misionero, consagrado a la santa obra de Dios, debe lidiar con las malas influencias del mundo secular, pero en tiempos de nuestros antepasados hubo de enfrentarse a peligros más tangibles. Amparado por la fe, Columba decidió enfrentarse a la maligna serpiente y vencerla. Haciendo acopio de valor, rogó a uno de sus compañeros que se zambullera en el lago para recuperar el bote del hombre. Cuando apareció el monstruo, Columba se santiguó y mediante rezos obligó a la fiera a retirarse a las profundidades de las que había surgido.

Durante los 13 siglos siguientes casi se le perdió el rastro al monstruo, me imagino que ya no salía al pan. Su ausencia fue tan evidente que hasta empezó a tener competencia porque empezaron a surgir historias de otro mostro llamado Kelpie, una alimaña con forma de caballo y salamandra que se la pasa chacoteando en los lagos escoceses.


            Pero en 1880, un buzo recibió el encargo de explorar un barco hundido en uno de los extremos del lago Ness. A los pocos minutos de que alcanzó los restos del buque, hizo frenéticas señales para que lo sacaran a la superficie. Los testigos dijeron que salió temblando, asegurando que había visto un inmenso animal sobre una roca que parecía una enorme rana.

            Pero la leyenda del monstruo del Lago Ness se inauguró “oficialmente” en 1933, cuando un matrimonio que paseaba por la carretera recién construida que bordea el lago, vieron unas prominencias extrañas en el agua. Desde entonces,  miles de personas dicen haber visto al monstruo y la mayoría describe que se manifiesta con grandes alteraciones sobre la superficie del agua, formando una estela en forma de V, y la aparición de varias jorobas.

            Después hubo una oleada de avistamientos que culminó en 1934 con la célebre fotografía tomada por el teniente Robert Wilson, donde supuestamente se mostraba la cabeza del monstruo.


            La popularidad de Nessie descendió drásticamente en las décadas siguientes, pero se reavivó en 1960 cuando un ingeniero tomó un video de un objeto que se desplazaba en la superficie del lago, y sondas también detectaron objetos de gran tamaño. Pero no fue sino hasta 1972 cuando un vato llamado Robert Rines y su equipo lograron tomar una foto submarino de lo que parecía la aleta del monstruo, y en 1975 tomaron otra donde supuestamente aparecían cabeza y cuello. La mera verdad estan borrosas, véanlo ustedes mismos.


Esta historia continuará...

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