El Wendigo (o las primitivas fuerzas de la naturaleza salvaje) - Parte I de III

A veces los hombres perciben su presencia por el olor que exhalan,
pero nadie puede ver sus rostros…
Paseaban sin ser vistos, perceptibles únicamente por su pestilencia.
Solo por su abismal olor los conoceréis.

El horror de Dunwich (1929).
H. P. Lovecraft.
  

Wendigo… No recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que tuve conocimiento de esa rara palabra, pero fue hace muchos años, si mal no recuerdo en una historia de Marvel Cómics, donde citaban a un personaje con ese nombre. Obviamente que no me iba a quedar con la duda, por lo tanto empecé a investigar su significado.
            Como en aquellos tiempos no existía el internet, consulte la enciclopedia Grijalbo que nos había comprado mi papá para hacer las tareas de la secundaria, ahí se mencionaba de forma muy escueta, que Wendigo era una leyenda del folklore canadiense. Ya con esa primera pista, de volada me tendí a revisar mi acervo bibliográfico mitológico que también me había comprado mi papá.
En la Enciclopedia de las cosas que nunca existieron, una detallada y exquisita obra literaria escrita por Michael Page e ilustrada por Robert Ingpen, donde prácticamente vienen todos los seres y lugares más importantes de la mitología mundial, en el capítulo correspondiente a las cosas Del suelo y del subsuelo, encontré una buena descripción del Wendigo: 

Todo aquel que se aventura en las tierras salvajes debe temer al espíritu de los terrenos solitarios, conocido como Wendigo en el norte de Canadá y por diferentes nombres en diversas partes del mundo… Al ir pasando los días, el Wendigo habla al viajero en ligeros susurros: palabras que no se pueden distinguir bien. A veces suenan como la voz de un amigo, y uno responde asombrado. En vano, el viajero se repite que solo es el viento. Incluso puede tener atisbos del Wendigo: una sombra que se mueve entre los árboles, o la hierba doblándose bajo unos pies invisibles. Por fin, el viajero echa a correr, arrojando armas, provisiones y todo el equipo que pueda estorbarle en su huida. Sollozando desesperadamente, corre hasta agotar sus fuerzas, y acaba cayendo, rendido y solo”.


Y por otra parte, en mi Gran Enciclopedia de los Seres Mágicos de la Sociedad Criptozoológica de Londres, cometen el error de comparar al Wendigo con otros changotes como el Yeti (el hombre de las nieves) o el Pie Grande (Sasquatch).
           

            Hasta ahí quedo mi investigación. Años después cuando estaba indagando sobre un tal H.P. Lovecraft, me encontré con un estupendo libro que es una antología denominada Los mitos de Cthulhu – Narraciones de horror cósmico, donde para mi sorpresa, encontré una historia llamada El Wendigo y que a continuación me permito reseñar.

El Wendigo.
Escrito por Algernon Blackwood.
Publicado en 1909. 


De que se trata:
Tres expertos cazadores, un joven novato y un cocinero indio se internan en los bosques del norte de Canadá para perseguir alces. Debido a que no hay presas a la vista, deciden adentrarse en lo más profundo de la sierra, a lugares donde ningún hombre había estado jamás. Establecen un campamento donde dejarán al indio, y se dividen en dos equipos. Pero la noche previa a que comience la aventura, hay inquietud: un cazador ha escuchado consejas de cosas raras en el bosque, y el indio también está preocupado (copio textualmente):

“Cuando todos estuvieron dormidos como troncos, el viejo Punk salió a gatas de entre sus mantas y se escurrió como una sombra hasta la orilla del lago, en silencio, como únicamente un indio sabe moverse. Después levantó la cabeza y miró a su alrededor. La espesa negrura hacía casi imposible toda visibilidad; pero, como los animales, él poseía otros sentidos que la oscuridad no era capaz de anular. Escuchó, y luego olfateó el aire. Se quedó quieto, inmóvil como un arbusto. Al cabo de unos cinco minutos, estiró de nuevo la cabeza y olfateó el aire una y otra vez. Un prodigioso hormigueo de nervios le corrió por el cuerpo al oler el aire penetrante. Luego, se sumergió en la negrura como solo hacen los animales y los hombres salvajes, y regresó finalmente, deslizándose bajo el ramaje, hasta su lecho”.


Por la mañana muy temprano, el cazador nervioso acompañado por el novato atraviesan un lago y se internan en el bosque. El novato está muy emocionado por la experiencia y el contacto con la naturaleza, pero después de cenar, cuando se encontraban muy contentos fumando y cantando canciones, de repente:

“Se había producido un cambio en la voz del experimentado cazador. Antes incluso de saber lo que era, (el novato) se sintió intranquilo, y al levantar los ojos, vio que, aunque seguía cantando, su compañero miraba nervioso a su alrededor como si oyera o viera algo. Su voz se debilitó, se hizo inaudible, y luego calló del todo. En ese mismo instante, con un movimiento asombrosamente alerta, dio un salto y se puso de pie… olfateando el aire”.

            Y de ahí en adelante, al joven inexperto le toca vivir una novatada sobrenatural que nunca en su vida se le iba a olvidar.

Veredicto Bizarro:
* La narrativa es simplemente extraordinaria y conforme avanza la historia, te va envolviendo como el bosque a los protagonistas.
* Algernon Blackwood nos presenta la inmensidad de la naturaleza. En esos ambientes descomunales el hombre es insignificante, y para demostrarlo transcribo el siguiente párrafo:

La fría magnificencia de estos bosques solitarios y remotos le abrumaba y le hacían sentir su propia pequeñez. De la infinidad de copas azulencas que se balanceaban en el horizonte, se desprendía y revelaba por sí misma esa severidad que emana de las vegetaciones enmarañadas y que solo puede calificarse como despiadada y terrible. Comprendía la muda advertencia. Se daba cuenta de su total desamparo.
El joven comprendió que en un territorio de aquellas dimensiones muy bien podía haber profundidades de bosques jamás conocidas ni holladas en toda la historia de la tierra.


* ¿Cómo reaccionarías ante un encuentro sobrenatural en medio de la espesura del bosque, completamente alejado de la civilización? Voy más allá con una pregunta realmente escalofriante para la juventud actual ¿Qué harían en la inmensidad del bosque, sin conexión a internet?
 * No obstante que el final es relativamente predecible, el autor lo resuelve efectivamente gracias a que los personajes pretenden encontrar una explicación lógica a su aventura, pero no la hay porque vivieron un fenómeno sobrenatural: vieron al Wendigo.
* H.P. Lovecraft tomó prestada la idea de la vastedad de la naturaleza para trasladarla al cosmos, y le sirvió para forjar un concepto que se conoce popularmente como Los mitos de Cthulhu.

             Termina mi reseña literaria. Mi segundo encuentro con el ¿Espíritu? salvaje se dio en los comics de Marvel, pero esa historia se las contare en la Parte II de ésta emocionante aventura.

2 comentarios:

C.P. Fabiola Munguia De Cardiel dijo...

Buen dia Excelencia

excelente su reseña... yo lei Los mitos de Cthulhu sin querer, cuando estaba embarazada de mi primer bebe me dio neumonia y me internaron, estuve varios días en el hospital y mi querido esposo en vez de llevarme una cobijita para que no tuviera frio.. ese libro fue lo unico que me llevo jajaja a el le gusta mucho Lovecraft y bueno no me quedo mas que leer el libro que me parecio muy bueno.. :)

Ingeniero dijo...

Justamente, la primera ocasión que tuve conocimiento de la palabra Wendigo fue en la cinta Voraz, de la que hablo un poco en el bló en la entrada actual.