El incidente Metallica parte I de IV - Los años maravillosos

Hace un par de meses, en una cena con amigos comente mi interés por escuchar el nuevo disco de Metallica Death Magnetic. Dicha aseveración no fue porque su pastor metálico favorito haya considerado que la banda volvió a sus raíces thrasheras tal como lo andan pregonando (lo mismo hicieron con el St. Anger), sino porque fue producido por Rick Rubin, uno de los más efectivos en este rollo, baste recordar que se encargo de discos tan grandiosos como Reign in blood, Seasons in the abyss, South of heaven y varios más de Slayer; los cuatro primeros de Danzig, el homónimo de Trouble y Maniac Frustration, Ballbreaker de AC/DC, todos los de System of a down, el By the way de los Red hot chili peppers y muchos más. Mi curiosidad consistía en saber si un grande como Rick Rubin podría crear un álbum efectivo con la gran ramera en la que se ha convertido Metallica.
Una comadre que estuvo en esa cena escuchó mi comentario, y esta navidad me regaló el nuevo CD de Metallica, Death Magnetic. Antes de darles mi veredicto bizarro, quiero hacer algunas reflexiones.


Recuerdo gratamente que la primera vez que escuche a Metallica fue a mediados de la década de los 80. Como en ese entonces estaba en el seminario no tenía lana para comprar un disco original, y menos en ese entonces porque muchos discos de Heavy Metal, entre ellos los de Metallica, solo podían adquirirse si alguien se los traía de los EUA. Como en mis tiempos no existían los CDs ni el internet, la piratería consistía en grabar cassettes originales y discos LP en un cassette virgen, y ya saben ustedes que los estudiantes no traen lana ni para los cigarros, por eso yo no podía andar comprando producciones originales y tuve que cometer el pecado de la piratería.
Un colega me presto un cassette pirata de quinta generación (es decir regrabado como 5 veces) que contenía el álbum Ride the lightning, meses después conseguí el Kill em all, y por último el recién publicado Master of Puppets en la famosa versión pirata donde los bajos se escuchaban muy altos y el balance cargado hacia la bocina derecha (lo compre en el tianguis la pulga).


¿Qué fue lo que me cautivo de Metallica? Su música era revolucionaria, avanzada para su tiempo. Nadie tocaba con tanta velocidad, la batería sonaba como una ametralladora, el bajista Cliff Burton tenía un estilo particular que lo hacía único (chequen las rolas Anesthesia, Orion, For whom the bells toll, The call of Chtulhu) los requintos de Kirk Hammet eran explosivos, las letras tenían verdadero feeling, y las guitarras eran verdaderos hachazos sónicos. Pero sobre todo, lo que más me gustaba de ellos era su honestidad ya que a pesar de que el metal que estaban generando era algo nunca antes escuchado, se comportaban como cualquier hijo de vecino. Aún resuena en mi mente esa entrevista que leí en la difunta revista rock pop, donde Lars Ulrich y James Hetfield declararon que su única propaganda consistía en ofrecer conciertos, venta de playeras y que nunca iban a hacer un video para andar comercializando su música.

En 1988 salió el disco …And justice for all con su nuevo bajista Jason Newsted, pero había algo diferente en el sonido del grupo. Abandonaron un poco la rabiosa velocidad que los había caracterizado, para cambiarla por un Heavy Metal poderoso y hasta progresivo. Pero la sorpresa fue que ¡Metallica grabaron un video para la rola One! ¿Cómo fue posible que hayan roto su promesa? Cuando lo vi se me hizo una buena producción, aunque empecé a dudar un poco, pero… ¿Qué carajos importaba eso si el álbum era grandioso y el video también? Continué siendo un fan incondicional de Metallica. La banda empezaba a dejar atrás la furia de su estilo thrashero inicial, para evolucionar positivamente en busca de nuevos sonidos.


Ya para entonces las grandes compañías discográficas mexicanas se dieron cuenta que Metallica era un buen negocio, y empezaron sacar los discos del cuarteto en versión nacional. Por ejemplo les voy a enseñar mi cassette original del Ride the lightning; en ese entonces el gobierno mexicano estaba preocupado porque no se fuera a perder nuestro glorioso idioma, y por lo tanto exigía que se tradujeran al español los nombres de los discos y de sus canciones. Por tal razón el nombre mexicano del Ride the lightning fue ¡¡Cabalga el rayo!!



Regresando a la discografía de Metallica, en 1991 sacaron a la venta el famoso álbum negro, un disco donde entro el infame productor Bob Rock para cambiar el sonido del grupo, haciéndolo más comercial. Con todo y eso creo que el álbum negro es bueno, pero el objetivo de la banda ya no era hacer música efectiva para la raza metalera, sino llegarle al gran público consumidor. Metallica empezó a hacer muchos video-clips, realizaron un documental sobre la grabación y gira del álbum negro, empezaron a salir mucho en la TV, en los grammys, y se dejaron llevar por toda la parafernalia comercial en aras de alcanzar al gran público consumista que solo busca tonaditas pegajosas y alegres.
Me acuerdo que un compañero del seminario estaba tan clavado con Metallica, que cuando salió a la venta el álbum negro se lanzo al DF para comprarlo en original importado. Este álbum también lo compre en cassette original, y afortunadamente los títulos de las canciones ya no estaban traducidas al español.


Con la salida del álbum negro, el estilo musical de Metallica empezó a preocuparme de sobremanera. Mis ídolos estaban empezando a romper sus promesas de mantenerse fieles a su estilo metalero subterráneo, para empezar a venderse como prostitutas baratas de "Teibol Dance".


Pero lo peor aún estaba por venir, cuando después de 5 años de ausencia, Metallica publicó en 1996 el álbum Load, y nada volvio a ser igual.

CONTINUARA…

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja esta bien genial la mascara de ese hombre
jajaja ya pues

los casetillos (o como se escriba) bien antiguos, hasta recuerdo que mi hermana tambien se pirateaba los casetes (o como se escriba) ah que viejos tiempos aquellos.
jaja a mi ni me toco vivirlos

¬¬

adiosito

byE