Padrecito Depravado (o sobre el día internacional de la mujer)

A propósito de esa aberración feminista denominada el día internacional de la mujer (de la cual ya saben mi postura), quiero dedicar mi siguiente sermón a todas las viejas glamourosas:

Me encanta ver que las mujeres vayan bien arregladas caminando por la calle; para mi es un deleite observar como mueven el cuerpo al ritmo de sus caderas, y me atrae irresistiblemente que su figura sea remarcada por la ropa que traigan puesta.
Pero si además usan perfume suave y pasan cerca de mi, la combinación de esos excitantes factores visuales y aromáticos me provocan una morbosa obsesión que despierta mi instinto machista; me concentro para que mis ojos y nariz absorban esas cualidades femeninas con la finalidad de sentir placer.  Eso si, a esas chicas nunca les digo barbajanerías ni nada, solo es un alucinante momento particular donde aflora mi magnetismo animal.
¡Mamacitas!