Acabo de encontrar un texto que clarifica porque las mujeres deben dedicarse al hogar y la familia, y no andar de revoltosas alegando que quieren igualdad de trato y todas esas locuras.
El siguiente párrafo lo extraigo del libro Historia de la magia (1860), del padre del ocultismo moderno Eliphas Levi:
Al imponer a la mujer los deberes tan severos y dulces de la maternidad, la Providencia le ha dado el derecho a la protección y al respeto del hombre. Sujeta por la naturaleza misma a las consecuencias de los afectos que son su vida, conduce a sus dueños con las cadenas que el amor le presta; cuanto más se somete a las leyes que constituyen y protegen su honra, mayor es su poder y el respeto que inspira en el santuario de la familia. Para la mujer, sublevarse es abdicar, y predicarle una supuesta emancipación es aconsejarle el divorcio, entregándola por anticipado a la esterilidad y al desprecio.
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