Pos tienen ustedes que mi compadre Ernesto Ramos Marquez, egregio fundador de la esoterica orden Hieronfante de Durango, Dgo., rento un camión pa´lanzarse al DF al concierto de Iron Mendez para llevarse a todos sus acólitos, y amablemente me invito a acompañarlos, a lo cual accedi con todo gusto.
Cabe Mencionar que mi compadre Ernesto y yo somos camaradotas desde hace cientos de años y hemos peleado hombro a hombro por la causa del metal; pronto le haré una entrevista para que lo conozcan mejor.
Una foto de la nave con sus tripulantes, antes de despegar a la misión:
Dejenme decirles que el viaje estuvo bien alucinante, ibamos viendo videos de Carcass, Iron Maiden, Scorpions, etc.; nos retostamos la película de Borat, y una sobredosis de los Simpons que duro desde las 12 de la noche hasta como a las 7 de la mañana.
Foto de la tripulación en el viaje a su destino metálico. Su líder es el extraño de pelo largo barbón, el mas ruco de todos pues.
Cabe mencionar que además de ir al concierto, los Hierofantes habían programado una serie de actividades turísticocultistas.
Pos la primera parada fue en Teotihuacán, donde mi compadre neto se avento un rollo iniciático sobre las pirámides, y después del sermón nos fuimos todos corriendo echando relajo en las venerables ruinas.
La siguiente foto es histórica: por primera vez en la historia del ocultismo durangueño, dos de sus más importantes bastiones se unen para llevar a cabo un ritual en la cima de la pirámide de la luna de Teotihuacán (y de paso aprovechan para posar ante la cámara), representando orgullosamente al esoterismo de la tierra de los alacranes.
Ya entrados en el relajo y con unas cheves arriba, se me hizo fácil pedirle permiso a unos profes que traían a unos escuincles de primaria para que me dieran chance de tomarme unas fotos con los mocosos, pero cuando me agache para estar al nivel de ellos, se me echaron todos encima y me tiraron. Tuve que levantarme todo pisoteado y ni asi daban chance, nomas véanlos:
Flechador del cielo:
La Academia (no la de TV Azteca) hierofante rezando después de tomar los sagrados alimentos en un restaurante de lujo campirano:
Una pared del jardín.
El segundo objetivo de la visita a Coyoacán fue la casa de la culturas populares, donde se llevaría a cabo el segundo aniversario de la revista El Chamuco, donde asistieron diversos colaboradores de la revista.
Pos como llegamos temprano me di una vuelta en el lugar, y estuve un rato en una conferencia sobre las tribus urbanas donde tres intelectuales se aventaban unas impresionantes disertasiones que me cae que ya quisiera Sócrates hablar de esa manera; tome el micrófono para hacerles saber que no estaba de acuerdo con ellos (y para poner en alto el honor de las tribus urbanas durangueñas), pero me contestaron con unos rollotes como de papel de baño. Fta, me cae que muchos de los que le hacen a la onda cultural tienen un ego enooooooorme (hasta eso, el vato de la izquierda era el mas centrado y ecuánime, respondio a mis comentarios con mucha sensatez).
Como se me hicieron muy altaneros esos vatos (sobre todo el de la gorrita), me regrese con los hierofantes y ya estaban sentados en primerísima fila con la lona que lleveban colgada en el camión, la cual solo tenía un pequeño detalle: no decía que ibamos desde Durango, Dgo.
Véanlos.
Pos el evento estuvo entretenido, ahi estaban varios de los moneros de El Chamuco como Cintia Bolio, Helguera, Rape, Hernandez, Patricio y El Fisgón. Tristemente no estuvo Rius, y yo que me lleve mis cómics de Los Agachados para que me los autografiara.
El tema principal fue la toma de poder del Estado del narco, incluso llevaban a su narco presidente de la república de botas, sombrero, cinto pitiado y hasta con su banda presidencial. Varios de los ponentes se aventaron buenos rollos muy chistosos, pero otros estuvieron bien simplones, como las incoherencias de Cintia Bolio, quien sacó un churrote como de medio metro y se lo quería fumar ahi, total que dijo puras incoherencias; pero todo empezó a tomar una dimensión diferente cuando empezó a descalificar injustamente a nuestro venerable presidente de la república Don Felipe Calderón, pero después alababa a López Obrador y la raza le aventaba vivas, y ahi fue cuando me di cuenta de que estaba en el lugar equivocado con la gente equivocada: ¡Izquierdistas, noooooooo!!!!!
Pos el discurso de la toma del narcopresidente lo leyó el Fisgón (quesque por que el nuevo presidente no sabia leer), y se aventó muy buenas puntadas.
Aparte de los izquierdistas todo estaba bien, pero luego se les ocurrio cantar quesque el narco-himno nacional, y ahi fue donde ya no me simpatizo el evento ¿Como se ponen a faltarle el respeto a nuestro sagrado himno nacional mexicano? Hasta uno de los conferencistas aceptó que habían cometido un delito al hacer esa irrespetuosa adaptación. Pero ya ven ustedes, estamos en un Estado fallido y no metieron al bote a esos izquierdistas revoltosos por andar alterando el himno.
Pos luego se subió al escenario la actriz y cantante Jesusa Rodríguez, quien siguió echándole leña al fuego apoyando al lunático de López Obrador, y avéntándole críticas al dizque gobierno fascista de Calderón y no se que tantos disparates más. Luego se aventó unas rolas junto con otra vieja loca, y ya mejor me fui a comprar una agua porque esos contras ya me estaban fastidiando. Al finalizar el evento, esa señora disidente saludó y le firmó su disco a mi compadre Ernesto, chequen (se te va a quemar la mano Neto).
Cuando ese aquelarre de izquierdistas finalizó, todos los chavos hierofantes se lanzaron con Helguera, quien amablemente les autografió la lona y algunas revistas del Chamuco. Véanlos.
Por ahi andaba la famosa comunicadora Carmen Aristegui, quise tomarme una foto o platicar con ella, pero no la soltaban los periodistas. Al menos va una foto.
Pos la mera neta yo ya andaba fastidiado de estar entre tanto alborotador, que son unos necios en darse cuenta que los conservadores somos la neta del planeta. Por tal razón y para bajar el coraje, mejor decidí salir al mercado de Coyoacán para cenarme unas quesadillas de flor de calabaza con hartos hongos alucinógenos.
Posteriormente decidí que ya había sido suficiente de izquierdistas y cultura: me fui a la zona de tolerancia a perderme entre los brazos y cuerpos de las teiboleras chilangas, y ponerme borracho hasta que salí a gatas directo a la ciudad de Toluca, al monasterio del Hermano C quien me brindo hospedaje.
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