Consideraciones ignotas sobre la pipí municipal

Después de una semana de no echarme un sermón debido a que me estoy aventando un jale que repercutirá en la vida de todos los habitantes del Estado de Durango  sin que se den cuenta (así de influyente es Su Reverendo Metálico por excelencia), regreso a sermonear para compartirles una vivencia realmente desconcertante, que me toco vivir en las oficinas de la unidad administrativa municipal de Durango (antes Carnation).

Pos tienen ustedes que andaba arreglando unos asuntos municipales (claro está), y me dieron ganas de hacer pipí. Por supuesto que Su Eminencia no iba a entrar a los baños públicos donde acude toda la pelusa, sino que me metí a los baños de los empleados municipales (de hombres, por supuesto). Fue una agradable sorpresa que los sanitarios están limpios y cuidados, sin embargo me sorprendió que en las paredes hay hartas hojas pegadas con la siguiente leyenda: "Favor de no hacer pipí en el piso"
Achis achis, preocupado comencé a imaginar que los burócratas municipales no tienen educación y que piensan que las tazas de baño y mingitorios son adornos barrocos, prefiriendo hacer sus necesidades donde caiga, como si estuvieran en el rancho. Y todavía más sorprendente que cada mingitorio tiene su letrero, y si no me creen aquí está una foto para demostrarlo:


Pero cuando me arrimé a depositar una parte de mi en las instalaciones municipales, entendí porque los caballeros hacen pipí en el piso: LOS MINGITORIOS ESTAN MUY ALTOS, y la mera verdad prefiero mojar un poco el suelo que repegar mi masculinidad con la bella cerámica del miatorio.
Es algo parecido a lo que les pasa a las amas de casa con el lavadero de su hogar, que siempre les queda alto porque los ingenieros los diseñan para tamaño de un hombre, como si ellos se fueran a poner a lavar su ropa (si como no); nunca construyen los lavaderos pensando en que los utilizarán mujeres, que por lo general son un poco más bajitas, y luego por eso ellas tienen que andar poniendo tablas para poder alcanzar bien el lavadero.
No creo que los encargados de adaptar las instalaciones como oficinas municipales hayan tenido la culpa, más bien pienso que los responsables de diseñar estos mingitorios para gigantes fueron los ingenieros que construyeron el edificio cuando era la Carnation, legando bastante chamba a los actuales intendentes municipales, que ya no se la acaban con tantos miados que hasta ponen letreros de advertencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja me acordé de un amigo que nos contaba que una vez fue al baño allá en el centenario y que estaban bien altos y no alcanzaba xD

Ya pues, es que me da risa

Saludos!!