Creanme que me ha sorprendido su respuesta para participar en mi encuesta. De hecho, se rompió el record con 11 votaciones; yo sé que no es una cantidad desorbitante, pero estoy muy agradecido con los votantes que se toman la molestia de participar.
Por otra parte, si analizamos los votos emitidos, pude darme cuenta que los votantes son entusiastas de los placeres sexuales (aunque se sientan culpables), asi lo dice el 63% de los votos, y quien no esté de acuerdo, lo desafío a realizar un conteo voto por voto, casilla por casilla.
Sin embargo, no deja de llamarme la atención que el 36% restante de plano son pura(o)s y casta(o)s; y precisamente a éstos hermana(o)s abstemios quiero decirles que no saben de lo que se pierden, les recomiendo ampliamente que no dejen inactivos sus órganos sexuales (por la razón que sea), sino que le peguen duro y con fé al pecado de la lujuria, porque es la pura sabrosura. Solo recuerden que por disposición eclesiástica, no deben usar anticonceptivos de ningún tipo, para que puedan procraer más seres humanos que se unan a nuestro rebaño, para exprimirlos mental y financieramente. Por otra parte, si después de tener relaciones sexuales se sienten culpables, pueden venir a confesarse a mi catedral; el costo es de $500 pesos (se aceptan vales de despensa y tarjetas de crédito), además de una penitencia consistente en escuchar 2 canciones de Luis Miguel, y otras 2 de Cristian Castro.
Bueno, como hay que predicar con el ejemplo, voy con mi asistente Sor Bette, para poner en práctica los consejos que les acabo de dar. Aquí les dejo una foto de ella.
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