Hace unas semanas les comentaba que una desgraciada rata se metió a mis sagrados aposentos y empezó a realizar averías. Casi estoy seguro que esa sabandija era un cómplice de mis enemigos, de esos que quieren sabotear mi sacrosanta misión de predicar el heavy metal, pero se la pellizcaron.
Ese maldito roedor se tragó el tóxico que le puse y recibió su merecido. Lo que nunca les dije, fue que el veneno estaba bendito para que tuviera más potencia. Tome esa precaución previendo que el animal fuera una bruja. Como quiera que haya sido, esa sabandija ahora esta muerta. Esta foto solo es una muestra de lo que le pasará a quienes traten de ponerse en mi camino:
Esta es una advertencia de Monseñor Bizarro: si alguien se mete conmigo tarde o temprano lo pagará caro, en esta vida o en la otra. Casus Belli, Ecce homo Monsiñore Bizarro Manu Militari.
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