¡El lugar de la mujer, es en su casa!

A continuación reproduzco a la letra, un acertado texto del autor Antonio Díaz, de su obra El cocinero y la cocinera mexicanos con repostería y refrescos, del año 1951.

A pesar de que la mujer empezó a participar en el ámbito de la docencia a finales del siglo XIX, la idea tradicional de que su campo natural era el hogar no desapareció. Las mujeres en ese ámbito privado debían prepararse para diversas faenas. Ser diestras en manualidades, cultivo de flores, adornos de habitación, dorados sobre cristal y otras tareas consideradas propias de su sexo. El ejercicio de la cocina formaba parte integral e importante del desarrollo de la mujer a la vez que reproducía parte de los valores femeninos.

Pos claro, yo agregaría que también tienen que preparase en la faenas de ser satisfactoras sexuales de los hombres.
Amén.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

FLOR DE ANDALUZ:

EN ESTOS TIEMPOS SON POCAS LAS MUJERES DE LA CASA YA QUE POR CUESTIONES ECONOMICAS TIENEN QUE SALIR A TRABAJAR PUES LOS HOMBRES NO PUEDEN CON EL SUSTENTO DE LA CASA :( , Y AUN ASI, HAY MUJERES QUE TRABAJAMOS, TENEMOS LA CASA EN ORDEN, A LOS HIJOS BIEN ATENDIDOS Y MUY BIEN COMPLACIDOS A NUESTROS SEÑORES (DUEÑOS DE NUESTRAS QUINCENAS), BUENO ME RETIRO POR QUE COMO DICE MI COMADRE ADELA MICHA:..... HOY TOCA ...... :)

Monseñor Bizarro dijo...

Estimada Flor de Andaluz, su comentario es interesante y elocuente.
Y si hoy toca, pues que toque muy bien.

Anónimo dijo...

Pues ya hasta Sor Juana Ines de la Cruz lo dijo: Hombres necios que acusais a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que juzgais!!!!

Saludos Monseñor...

Cenicienta.

Monseñor Bizarro dijo...

Saludos a mi comadre Cenicienta, hace tiempo que no se venía a confesar

Claudia dijo...

Me parece un texto totalmente machista. Nosotras no solo servimos para la casa y sus labores, ni tenemos que estar de piernas abiertas acostadas sobre una cama esperando a un tipo machista para que nos clave y así pueda andar regando el cuento por ahí, que es un machote que todos los días se come a su mujer.